12 de febrero de 2008

Salamanca...tierra de brujas y buena suerte

3 reflexiones
Hace ya tres meses que estoy radicada en Salamanca, la pequeña comuna que casi se sale de la cuarta región (o región de Coquimbo como exige el "Gobierno") cual Punta Arenas en nuestro anoréxico chilito...

Todo empezó una tarde de desesperación porque el trabajo que tenía se había vuelto una trampa de tedio...pensando y pensando en cómo hacer una pega decente, con más libertad de horario y que no se volviera una lata llegué a la consabida solución de encontrar de algún modo una pega en "periodismo institucional"...por lo general en estas pegas se hace de todo un poco, hay salidas a terreno y la paga es mejorcita. Sin embargo el asunto era complicado...todos los servicios públicos estaban copados y los municipios de la región parecían ya tener su periodista, otros no tienen plata y otros..uff mejor ni meterse con los atados políticos que tienen.

De pronto... una luz de esperanza: Salamanca, pequeña comuna enclavada entre los cerros, tras dos cuestas, lejos de La Serena y de Santiago cuyo alcalde buscaba hace rato un periodista que sacara la comuna en los medios para mostrar que es más que minería y agricultura.

Decidí arriesgarme y todo ha salido bien...tengo independencia, mejor sueldo y hasta encontré pololo...nuestra historia de amor podría definirse como la de una puente altina-serenense enamorada de un coquimbano en Salamanca...ni más ni menos.

Puedo decir ahora que estoy feliz...por completo, sin embargo, los recuerdos de lo vivido me dejan una extraña sensación de temor...¿Cuánto puede durar la felicidad? ¿Será este el principio del final feliz de mi cuento? ¿Cuánto puede extenderse un final feliz?

...Ya lo veremos...