16 de octubre de 2010

Una gran prueba

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Me doy una pausa al fin para escribir de nuevo...se diría que no pasa mucho en mi vida, pero este no es un diario de vida donde poner lo que hago todos los días...

Esta vez la vida me puso una gran prueba, una prueba vital...sentí una taquicardia, fui a urgencias por tercera vez en el año y esta vez sí que me asusté, pero pasó...al día siguiente me encontraba en urgencias con una pierna hinchada y por entrar a hospitalización.
Fue todo rápido, preocupante...una indeseable pausa en mi rutina.
Estuve 10 días en el hospital, se descartó cáncer, pero el diagnóstico tampoco fue de lo mejor...embolia pulmonar y trombosis...uff, mi ánimo no decae y espero no suceda, pero la cuestión fue seria...de pronto hoy recordé un posteo anterior y sí, lo único que hubiera lamentado segundos antes de morir hubiese sido no haber tenido hijos pues he dicho te amo con toda intensidad y entregado lo mejor de mí a quienes quiero.
He recibido tantos mensajes de apoyo, regaloneo de mis padres y conocí personas especiales mientras estaba en el hospital, pero también estoy asimilando la alerta...debo retomar los sueños, hacer cosas que me usten y no postergarlas más por lo que "debo2 hacer sino simplemente hacer porque "quiero".

Me falta un equilibrio, una meta clara, sigo andando sin sentido y caigo con facilidad en la rutina del "deber".

Que miedo volver al trabajo ahora sintiendo que cualquier día me encontraré en la odiosa rutina otra vez....corriendo, escribiendo porque es mi trabajo y dejando que a mis pinceles se les trepen las arañas.

Tengo unos días todavía para pensar, prepararme para volver al mundo real, pero por ahora disfrutaré de estar viva, de poder querer, sonreír, dormir a gusto, pintar...espero que eso espante los temores y penas que están guardadas por ahí todavía.

15 de abril de 2010

Me quiere, no me quiere...

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Y la historia en Salamanca terminó...me dejó lecciones, sentimientos encontrados, lágrimas y sonrisas, aromas, amistades como si se hubiera tratado de un buen sueño y nada más...

Me hago más vieja y menos sabia, más sensible y más enfermiza, voy a la farmacia más seguido de lo que quisiera y menos a bailar, pero estoy contenta y tranquila. Tengo oficina propia cosa que nunca soñé, espero sea un estado que no termine pronto. Me gusta esta paz que tengo para escribir de todo un poco y pensar.

Después de muchas vueltas en el camino estoy de nuevo sentada pensando en alguien especial y me pregunto...me quiere o no me quiere...me quiere mucho, poquito, nada...

Mejor me dejo de tonterías y me pongo a trabajar...la margarita que está casi desnuda reposa agradecida en mi escritorio porque la he dejado en paz un rato.