18 de septiembre de 2006

Puro Chile: Lleno de Ingenio


En estas fiestas celebremos también esas pequeñas cosas que demuestran que nuestro país está lleno de "pillos" en el buen sentido de la palabra

Nuestra larga y angosta faja de tierra está llena de paisajes, climas y frutos, pero sobre todo de personas llenas de ingenio que construyen juntas nuestra cultura e idiosincrasia. Cuando se habla de cultura se hace una inmediata relación a conocimientos y artes clásicas, pero detrás del término hay mucho más.

En esta oportunidad quiero rescatar esas pequeñas soluciones tan nuestras y sencillas que asombran hasta a los más especializados técnicos de la NASA. Algunos podrán parecer "al lote", pero en realidad funcionan y a muy bajo costo.

Un clásico de todos los tiempos es estabilizar la mesa coja con una tapita o papel doblado con ingeniería suprema para tener una comida tranquila y "sin sobresaltos". Otra costumbre típica es el surgimiento espontáneo de hombres que con impermeable y carro ayudan a las personas a cruzar la calle ante una torrencial lluvia. Independiente que sean soluciones originadas por "cosas mal hechas", son puro ingenio.

No faltan tampoco los vendedores de inteligencia suprema que venden lo que sea dependiendo de la época y circunstancia, entiéndase lentes de sol y poleras en verano, así como paraguas y guantes en invierno, siempre cosas pequeñas, que se venden rápido.

Para que ahondar demasiado en las soluciones parche, de esas que "después arreglamos" como colocarse un pedazo de yeso en lugar de una prótesis dental de porcelana (lo he visto), tapar con chicle un sinnúmero de agujeritos o colocar un trozo de jabón de lavar en los hoyos del radiador del automóvil...si claro, se disuelve, pero después de varios kilómetros o hasta que "llegue fin de mes".

¿Y qué tal los trucos de los conductores como avisarse en la carretera que hay control más adelante...o mejor aún , el clásico CD colgando del parabrisas para volverse invisibles en los radares? Sin duda, épicas técnicas propias de un país con caminos mil.

Hay otras costumbres chilensis que sí funcionan e incluso recomiendo: hechar una bolita de vidrio en la tetera para sacarle el sarro, usar pasta de dientes para curar una "imperfección cutánea" (espinilla), echar las colillas del cigarro a las plantas, usar ceniza para pulir ollas y la clásica e infaltable bolsa colgante con agua para espantar las moscas al aire libre.

Sobre el "poto de mosca" en el ojo para curar un orzuelo y las botellas con agua en el jardín para espantar a los perros y gatos, tengo mis dudas e incluso rechazo...por lo poco higiénico de la primera y lo feo de la segunda.

Sea como sea, esta es la época indicada para recordar con cariño y humor todas las recetas y secretos de las abuelitas y todas esas nuevas soluciones que surgen cada día, porque me dan esperanza que a futuro todo ese ingenio desembocará en algo muy bueno de lo cuál podremos sentirnos aún más orgullosos.

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